¿Has sido infiel? ¿te han sido infiel? Asómate a este artículo y reflexiona sobre este suceso tan extendido a la vez que castigado. De la crisis a la oportunidad.
Aunque los datos sobre la frecuencia de la infidelidad son muy dispares (26 -70% en mujeres y 33-75% en varones estadounidenses), queda claro que no es algo que ocurra de modo excepcional en las parejas. Los datos son tan dispares principalmente porque las personas mienten mucho sobre este tema y no existe una definición universal de lo que es una infidelidad.
Si recuerdas bien, el presidente Clinton no consideraba haber tenido sexo con su becaria porque «tan solo fue una felación».
La infidelidad tiene ese doble vínculo: por un lado es casi normativo pero por otro está muy castigada.
El problema de la infidelidad no se encuentra en el hecho de que un miembro de la otra persona haya tenido algún tipo de relación sexual o afectiva con una tercera persona. El problema estriba en la deslealtad y desconfianza que se produce tras la ruptura de un pacto explíto o implíto (es decir, que se haya hablado claramente o que se dé por hecho).
Existen relaciones consideradas no monógamas en las que uno de los miembros se puede sentir traicionado porque, como en todas las relaciones, hay límites o debería haberlos.
Una infidelidad no sólo es un acto, es el cómo, el dónde, con quién.
Del golpe de la infidelidad a la readaptación hay que transitar por un camino que podría resumir en tres fases:
- La crisis, el desengaño, la percepción de la traición al pacto de la pareja. En esta fase las emociones son intensas por parte de ambos y se pueden tomar decisiones que quizá no sean las más adecuadas. Estamos influidxs por los «memes», los mandatos culturales internalizados como si fueran nuestrxs. Hace años pareja «debía continuar», ahora el mandato es «dejarlo», porque no se puede vivir eternamente con la vergüenza y la desconfianza.
- En ocasiones, la infidelidad es el interruptor para terminar con algo que hacía tiempo que se estaba muriendo. En ocasiones es una ventana que permite asomarnos hacia los problemas previos que existían. Si no se trata del primer caso sino del segundo, la pareja comienza a dar significado a lo ocurrido.
- Una vez que hemos dado un significado, la tercera fase promete la creación de una nueva pareja. Se trata de decir adiós a lo que había antes, y crear algo mejor, teniendo en cuenta lo que estaba andando mal.
Para realizar psicología de la infidelidad, es necesario que ambas partes abandonen sus «motes» de «el malo» y «el engañado» y empezar a trabajar juntos bajo determinadas premisas.
Es necesario que la persona que fue desleal repare y asuma que se saltó el pacto, que se disculpe y que facilite el diálogo. Que entienda que su pareja va a sentir desconfianza y que le asaltarán dudas sobre qué ocurrió.
Algunxs psicólogxs recomiendan incluso que sea la persona que cometió la infidelidad la que cuente sin que se lo pida su pareja, los sitios donde estuvo y otros aspectos, para evitar que se sienta como «él/la pesadx» o «la/el obsesionadx».
Es importante que el «transgresor» entienda que ha dañado la autoestima de su compañerx y que tiene que reparar la suya propia. Que comprenda sus propias emociones y necesidades para hacer una lectura más profunda sobre lo que le ha ocurrido.
La infidelidad abre una herida que en muchas ocasiones genera síntomas de trauma y como tal, es necesario hablar sobre ello, pensar sobre ello y soñar sobre ello. No se puede simplemente dejar pasar, ni decidir que ya está pasado y que nunca se volverá a hablar sobre ello. Esto solo prolonga la agonía y la ansiedad del trauma.
La persona a que le han sido infiel tendrá emociones encontradas: rabia, miedo al abandono, tristeza, etc. Aun así, si quiere recuperar la relación, tendrá que hacer un esfuerzo por conectar con su pareja (aunque sea a ratos) hasta que poco a poco se vaya sanando. Tendrá que vivir con la angustia de la desconfianza que ha surgido y que poco a poco se irá reduciendo para dar paso a la confianza. Tendrá que trabajar su autoestima. Además, trabajar junto a su pareja para reconstruir la nueva relación. Explorar qué puede mejorarse.
Pero además, voy a recordaros unas cuantas cosas…las historias de Disney están basadas en el enamoramiento inicial y siento deciros que no son la realidad representativa de una pareja.
Nadie pertenece a nadie. Las relaciones se basan en la voluntad de las personas por estar juntas.
No somos medias naranjas. Las personas no solo se fijan en su pareja sino que es completamente normal sentirse atraído sexual o afectivamente por otras personas. Sí sí…esto seguro que te pasará a ti, pero a tu pareja también…y es una realidad.
Por lo tanto…¡cúrratelo! no des por hecho que os pertenecéis el uno al otro. No perdáis de vista la buena comunicación, divertíos, tened espacios de intimidad…¡cuidaros!
Además, comprende que el estar en pareja conlleva unos límites que tendréis que establecer vosotrxs, y que esos límites tienen que estar claros y deberían ser respetados. Hay que hacer un duelo.
Todo en esta vida tiene un precio y estar en pareja requiere funcionar dentro de las reglas de la pareja. Se trata de tolerar la frustración, de entender que «lo deseo, pero no lo necesito», de comprender qué quiero de mi vida, de mi «largo plazo», y actuar en consecuencia. La tentación de transgredir lo pactado está ahí y siempre lo estará, pero… ¿vale la pena? ¿morderías la manzana de la foto del inicio?
El ser humano es un ser hedonista y los motivos para ser infiel pueden ser muchos y muy variados…así que, por favor, explora qué va mal y soluciónalo. Todos estos son los mejores antídotos contra las infidelidades.
Estoy muy de acuerdo es difícil poner esto en práctica, pero no es imposible. Además, existimos profesionales que nos dedicamos a ello, a clarificaros y a ayudaros a transitar por este proceso. Si quieres pedir asesoramiento clicka aquí.
Gran parte de este contenido lo he aprendido de uno de mis mejores profesores Jose Luís Marín, al que no puedo dejar de mencionar por todo lo que he aprendido con él.
Imagen @lauritamazapan https://www.lauritamazapanbodyart.com/