El concepto de Duelo: cuando el mundo se derrumba y la desolación te invade

¿Tienes claro qué es un duelo? Es fundamental identificarlo para poder atravesarlo. Te adelanto, hay que transitar todas sus fases y hacerlo acompañado.

***NOTA*** En todos mis textos usaré el masculino y femenino indistintamente con ánimo de ser inclusiva sin que se dificulte la lectura

Imagínate que vives desde hace mucho tiempo en una casa preciosa que responde a todo (casi todo) lo que crees necesitar. Te sientes muy cómoda y serena.

Un día, tras una avalancha, la casa desaparece.

Te has quedado sin techo, desamparada y sin saber qué hacer. Nunca te habías visto en una situación similar.

De primeras, te quedas a cuadros y no sabes muy bien qué hacer, seguramente después te enfades con el mundo por la injusticia que supone que te quiten tu casa.

Más tarde te das cuenta de que la casa ni vuelve, ni volverá jamás.

Seguramente te sientas muy triste al darte cuenta de la pérdida tan grande que has tenido.

No te queda más remedio que transitar un camino a la intemperie, laberíntico, hasta que encuentres un sitio apto para volver a construir tu nuevo hogar.

Recordarás la otra casa, es imposible olvidarse del hogar donde viviste tantos momentos.

Aun así, bajo el nuevo techo, el recuerdo será mucho más llevadero.

A veces, las personas se quedan en el sitio donde la casa se derrumbó y pretenden hacer como que no paso nada.

Quizá se pongan unas telas para que no les dé el sol o se hagan una hoguera para cocinar.

Es posible que imaginen que algún día la casa volverá al mismo sitio, que se convenzan de que le da igual haber cambiado ladrillos por telas o que tienen el deber de ser fieles a la infraestructura perdida.

Pero la realidad es que nunca volverá a ser como antes y si no se mueve, se quedarán bloqueadas allí para siempre.

Suelo explicar esta metáfora en mis sesiones de psicoterapia. Creo que explica que en el duelo no solo se pierde un objeto (en este caso la casa) sino el vínculo que existía con el objeto (protección, recuerdos, seguridad, etc.).

El duelo más reconocido es el que se produce tras la muerte de alguna persona cercana. Además de perder al ser querido, también perdemos lo que nos aportaba o lo que significaba esta persona en nuestra vida.

Superar un duelo supone resignificar. Transitar el camino de casada a viuda, de hija a huérfana o de cualquier otro rol. También reconstruir nuestra vida con nuevos hábitos o nuevos amigos.

Se trata de volver a ser capaz de vincularnos. 

Además de esta pérdida tan dolorosa y universal, existen otras quizá menos reconocidas, con un abordaje similar, aunque con sus particularidades. Los duelos son normativos y más habituales de lo que nos pensamos.

Voy a centrarme en algunos de ellos.

  • Pérdida de un trabajo o profesión. En este caso te vinculas a un sueño, un rol, un estatus económico y social, una ilusión, un estilo de vida, unos compañeros y mucho más. Superar este duelo supone vincularse a un nuevo rol, una nueva rutina o actividad, nuevos objetivos, etc.
  • Muy de la mano de la anterior está la jubilación, con el añadido de la pérdida de “la juventud” y el paso a la vejez.
  • Un aborto o cualquier tipo de duelo perinatal. El vínculo aparece habitualmente en el momento en el que se sabe de la existencia del bebé. Te vinculas con bebé y con la idea de lo que la nueva vida va a significar: la reestructuración de la familia, el cuidado, el nuevo rol, los sueños y expectativas. Superar el duelo es volver a vincularse con otra idea de vida en el caso en el que no puedas volver a tener hijos y, por supuesto, ser capaz de despedir de un modo sano a la persona que estabas esperando. El reconocimiento mediante un nombre o un ritual de despedida puede ayudar a aceptar esta pérdida tan grande.
  • Aquí viene otro duelo difícil de asumir y de identificar que suele quedarse atascado en lo que Begoña Aznárez llama “el bucle de la reivindicación”. Se trata de buscar incesantemente comprensión, pertenencia, el cuidado emocional, la mirada necesaria para sentirse amado y valorado. El típico ejemplo proviene de los padres que no saben dar lo que su hijo precisa. Este cuidado nunca aparece y la persona entra en bucle. Se enfada, entristece y sigue pidiendo. Acabará agotado. Pasar por este duelo es algo difícil y con muchos matices.
  • La maternidad/paternidad como duelos desautorizados. La cultura te dice que “tienes que” ser muy feliz y estar agradecida a la vida por tener una hija, posiblemente te sientas culpable si en algún momento no lo eres. Y seguramente estés contento de ser madre/padre. Lo que ocurre es que este cambio tan profundo de la vida, dará lugar a una reestructuración amplia que conllevará necesariamente a muchas pérdidas respecto a la vida antes del embarazo. Una vez más se requiere transitar el duelo para resignificar y dar sentido a la nueva vida.
  • Toma de decisiones. Cuando decides, ganas y pierdes algo. Transitas pequeños duelos que a veces se quedan bloqueados porque no estás dispuesta a perder, pero claro, tampoco ganas. Atravesar una puerta, obviamente es dejar otras atrás.
  • Un divorcio o separación, que también suele ser una decisión, aunque en muchas ocasiones sea tomada de modo unilateral.
  • Una mudanza o un cambio de país, con la pérdida del contacto familiar, de las costumbres propias, del rol en muchas ocasiones o del propio idioma, entre otras. Puedes visitar mi artículo sobre la inmigración aquí.

El duelo supone un cambio en una situación externa que debe suponer una modificación interna y externa.

La emoción protagonista en el duelo es la tristeza, acompañada obviamente por la ira y el miedo.

El trastorno depresivo surge cuando la persona pierde su capacidad de sostener vínculos y contraer otros nuevos. Cuando el duelo se complica en depresión, esta tiene que ser tratada como tal.

Si el proceso se transita con éxito, el resultado es una nueva vida forjada a través del crecimiento.

Hasta aquí, mi misión queda cumplida. Ojalá haya podido transmitirte lo que es un duelo.

Puedes acceder a más información sobre el duelo en este otro texto.

Si quieres profundizar en las fases del duelo y en los duelos complicados, así como obtener algunos consejos que faciliten el proceso, pincha aquí.

Recuerda que es algo normativo, que hay que sentir cada emoción, seguir caminando para no caer en un duelo complicado y que el duelo es, como decimos los psicólogos «intersubjetivo», es decir, que requiere distintas subjetividades (en oposición a lo objetivo, la subjetividad hace referencia a cómo lo vive cada persona) para ser superado con éxito.

La soledad cronifica el duelo.

Si tienes preguntas o quieres saber más sobre el tema, no dudes en escribirme.

Si estás atravesando un duelo y necesitas ayuda profesional, estaré encantada de atenderte.

Conóceme.

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