Psicología del Vínculo: Psicología para Mamíferos

El estilo de apego en los primeros años de vida determinará las bases de nuestra personalidad de adultos.

***NOTA*** En todos mis textos usaré el masculino y femenino indistintamente con ánimo de ser inclusiva sin que se dificulte la lectura.

Esto es una realidad de la que pocos somos conscientes,

No te voy a contar la teoría del apego entera, de esto se han escrito ríos de tinta antes y ahora kilómetros de líneas en pdf y word ahora.

Voy a intentar ser práctica.

Nacemos con pocas conexiones neuronales y a la edad de 6 años ya tenemos una corteza cerebral hecha y derecha.

Después de este cambio tan enorme, el cerebro continúa evolucionando, en la adolescencia sucede otro cambio importante y nuestras conexiones siguen cambiando a lo largo de toda nuestra vida. A esto se le llama «Plasticidad Cerebral«.

Pero estos primeros 6 años son cruciales para sembrar las bases de nuestra personalidad.

Durante estos años se desarrollan las principales creencias que guiarán nuestros pensamientos sobre el Mundo, sobre los demás y sobre el yo. 

Si los padres proporcionan una base segura al niño, este tendrá un apego seguro (a no ser que ocurra algún evento traumático en el resto de la infancia o adolescencia).

Si los padres no proporcionan esa base segura, el niño desarrollará un apego inseguro.

¿Qué es una base segura?

Has tenido una base segura si te has sentido amado incondicionalmente por tus padres, si estaban cuando lo necesitabas, si escuchaban tus emociones y no te sentías juzgado por sentirlas. Si te sentías mirado, que existías, que eras alguien importante en sus vidas. También si tenías una rabieta y no se ponían a tu altura, es decir, si eran capaces de sostener tus emociones y calmarte…

¿Qué es base insegura? 

Cuando no se da lo anterior.

Pero ¡que no cunda el pánico! Es normal que no puedas siempre responder a cada necesidad de tu hija, lo importante es que tu modus operandi sea el de base segura aunque a veces se te escape algo.

Como decía Winnicott, basta con ser una «madre suficientemente buena». Ya que de este modo, también enseñas a frustrar a tu hijo poco a poco, a dosis tolerables.

Ahora vienen los problemas típicos de las mejores familias, a ver si os suena:

Resulta que te salió el trabajo de tu vida, pero no llegas a casa hasta las 21h, o viajas mucho.

Decides presentarte a las oposiciones de juez cuando tu hijo tiene 2 años.

Te llamaron para cuidar de un familiar que vive lejos y debes ausentarte varios meses.

Estás muy cansado cuando llegas del trabajo y no estás para nadie.

Metes a tu hijo en un internado bilingüe porque así, el día de mañana hablará inglés sin problemas. O mejor, lo mando a EEUU.

De vez en cuando te sientes mal por ello, así que le compras todo lo que necesita.

Pues te voy a ser honesta: tu hija no entiende de trabajos ni de obligaciones y además, hay otras maneras de aprender inglés sin perder el vínculo.

Lo que nos ha salvado como especie es el vínculo.

Los mamíferos humanos solemos tener una cría por embarazo que tarda bastantes años en ser autónoma. Los peces tienen miles y se pueden permitir el lujo de pasar de sus hijos. Pero nosotras no. Es ese amor de madre/padre lo que nos salva de los peligros del mundo.

La naturaleza nos hizo así.

Cuando una cría humana te necesita y no estás de modo habitual, su base se desestabiliza.

¿Y cómo puedes fiarte de la gente si sientes que la persona más importante de tu vida te abandonó? Simplemente no puedes. 

¿Cómo puedes mirarte con cariño y respeto si sientes que tus padres no te tenían suficiente apego? Tampoco puedes.

¿Cómo puedes percibir que el mundo es fiable si tus padres a veces estaban y a veces no (tanto física como emocionalmente hablando)? No puedes.

Estos «matices» son los que te hacen más o menos vulnerable a las rupturas amorosas o a las malas jugadas sociales a las que nos enfrentamos en nuestro día a día.

Hay una cosa fundamental en todo esto que es comprender que todas las psicólogas sabemos (o deberíamos saber) que todas las madres y padres quieren a sus hijos (salvo raras excepciones). Es la falta de consciencia, sucesos traumáticos familiares y otros factores lo que hace que esto no quede del todo claro para los hijos.

Os dejo este vídeo que explica muy claramente como la pérdida del padre de la familia y las decisiones que se toman como consecuencia, afectan a los distintos hijos de la familia:

Y aquí viene otro temazo: «no conecto con mi hija».

Quizá es nerviosa, quizá tenga «mal carácter» o no te deje dormir por las noches, quizá «es que no para» o sea tímida o…vete tú a saber…a cada uno le molesta algo distinto.

Me encanta la cita de Daniel Siegel «Educamos la Naturaleza»…¡Exacto!

Los niños nacen con determinados temperamentos. Los adultos moldeamos con nuestra responsabidad (no reactividad) la conducta, pensamiento y respuesta emocional.

Ser responsivo es responder de una manera consciente y meditada.

Ser reactivo es reaccionar de manera automática.

Aquí es donde entra en juego la aceptación incondicional. Un concepto que Carl Rogers reiteraba como imprescindible para realizar cualquier psicoterapia, pero igual de fundamental para proporcionar una base segura.

«Aunque te equivoques, yo sigo aquí». Sin que te olvides de educar y de poner límites.

Es decir, educa sin amenazar con que te vas a ir con palabras o gestos, sin desear que llegue el día que tu hijo se vaya de casa, sin dar portazos y todo lo que se te ocurra que vaya en esa línea.

Insisto en los límites, un derecho y necesidad de los niños. Límites claros, congruentes y firmes…pero con aceptación incondicional.

Recuerda que el mejor regalo que puedes dejar a tu hijo no es una moto, no es un chalet, ni siquiera estudiar en el mejor internado del Mundo.

El mejor regalo para tu hijo es proporcionarle una base segura para que pueda vincular de un modo sano de adulto. 

¿Tienes dudas sobre cómo proporcionar una base segura a tu hijo?

¿Sientes que tienes apego inseguro? ¿Te cuesta vincular? ¿Te cuesta mirarte con cariño?

Echa un vistazo a mi web y contáctame. Soy experta en estos temas y ya he ayudado a muchas personas en una situación similar a la tuya.

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