Ser inmigrante tiene sus dificultades. Aquí te doy algunas claves para hacer tu adaptación más fácil. Si no es suficiente acude a la psicología online.
¿Eres inmigrante? Yo también.
Sales con muchas ilusiones y te encuentras con la realidad.
Hay características individuales y contextuales que hacen que este proceso sea distinto de unas personas a otras.
Pero sabemos que sea como sea los principios suelen ser duros.
El contexto es definido por las circunstancias por las que te vas: no es lo mismo la situación de un refugiado que de una persona que marcha por que le ha surgido una oferta de trabajo.
Para el primer caso existe un término que designa una situación de estrés crónico llamado El Síndrome de Ulises, haciendo referencia al héroe griego que tiene que atravesar muchos obstáculos y adversidades lejos de su familia y seres queridos. Desgraciadamente, éste síndrome viene afectando a unas 800.000 personas en España y este número seguramente haya aumentado durante la Guerra de Ucrania.
Inmigrantes que dejan sus países acompañados de amigos y que emprenden un largo viaje en el que poco a poco van dejando atrás todo lo que conocían, pierden su identidad y sus derechos en un largo viaje de duelos y traumas. Os dejo un vídeo deNuuco, artista contemporáneo que retrata los duros trayectos que han tenido que realizar jóvenes africanos hasta llegar a Europa en busca de un sueño que se convierte en pesadilla al comprender que «La Tierra Prometida» no es lo que parece.
Pero no quiero detenerme aquí. Quiero hablar también de las personas que emigran en un contexto más favorable, lo que no significa que no sea duro para ellxs.
Ahí dejo unos cuántos motivos para estar tristes y con ansiedad.
Los duelos están presentes en todas las migraciones: la familia, la amistades, el estatus social, los hábitos y costumbres y en ocasiones el clima. Es posible hasta que no te convaliden todos los años estudiados o que te miren raro porque piensan que tus formaciones no sean tan buenas como las de ellxs (de hecho en la mayoría de los países piden adaptaciones).
El estrés de no poder comunicarse con facilidad, hacer un reset de vida con una cantidad de burocracia infinita en un sistema completamente nuevo con personas y formularios difíciles de entender, de no entender la nueva cultura que te rodea.
La soledad inicial, volver a construir relaciones íntimas que te miren con ternura, compasión y que sostengan tus emociones que en estos momentos tan necesarios.
Estos son factores comunes a todxs.
¿Qué características personales hacen que la inmigración sea más o menos dura?
¿Dónde están las fortalezas y las debilidades?
No es lo mismo dejar tu hogar teniendo «temas pendientes» que con «todo arreglado». ¿Has huido de alguien? ¿Has dejado conversaciones pendientes? ¿dejaste algo sin hacer? estos temas te persiguen, porque no pueden desaparecer como por arte de magia.
El silencio no solo perpetúa los problemas sino que hace que estos crezcan. Y los duelos, el estrés y la soledad no te van a ayudar con esto. ¡soluciona tus problemas antes de irte! y si no puedes, coge un teléfono y llama, o haz una visita…haz algo…si esto no depende de ti…igual hay que trabajar el duelo.
Tampoco es lo mismo irse con la aprobación de tu familia que con el mandato familiar de que «siempre tenemos que estar juntos» o de que «eres un desertor». Bowen, psicólogo sistémico, estudió esto muy detenidamente: desde que nuestro cuerpo sale del de nuestra madre se inicia el proceso de diferenciación familiar.
Se trata de un proceso largo, lleno de duelos, durante el cual nuestros padres nos van cediendo la libertad que necesitamos para convertirnos en individuos dentro del grupo familiar. Se trata del derecho de ser y hacer con nuestra vida lo que creemos conveniente sin sentir la culpa de haber fallado «la ley», el mandato.
Además, sabemos que hay personas que tienen mayor facilidad para conocer personas nuevas que otras. Las fobias sociales no ayudan a superar esta nueva fase de tu vida. Tampoco es fácil si te cuesta vincular, es decir, intimar y conectar con otras personas. Aquí partimos del tipo de apego que hayas desarrollado a lo largo de su vida (especialmente en los primeros años).
Muy de la mano de lo anterior se encuentra la Inteligencia Emocional, que te permite identificar, nombrar y comunicar emociones así como entender las de los demás. Todo ello necesario para vincular.
La resiliencia es otro de los factores clave para superar los obstáculos. La capacidad para «resurgir de tus cenizas». Ser capaz de seguir hacia tus objetivos a pesar de los obstáculos tolerando las emociones que nos resultan más difíciles. Lo que nos diferencia a unxs de otrxs es la tolerancia a éstas.
No pretendo hacer un compendio completo de los factores que dificultan la adaptación pero sí hacer hincapié en que es normal pasar por una fase de crisis hasta que llega la adaptación.
¿Necesitas ayuda?
Es posible que así sea, porque no es fácil. Lo sabes, lo sé.
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Fotografía: @lauritamazapan www.lauritamazapanbodyart.com
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